Fotocrónicas (CLV)
Al norte de la provincia de Burgos se sitúa la hermosa comarca de las Merindades, un territorio forjado a base de montañas y valles, barrancos y cuevas, ríos y arroyos, páramos y pastos, bosques y prados.
Y en este enorme territorio, una porción importante del mismo acoge un lugar fascinante, que abruma la vista y que incita a buscar bajo su piel verde vegetal y blanca caliza: Ojo Guareña.
Ojo Guareña esconde un complejo kárstico de más de 100 kilómetros de galerías excavadas pacientemente por los ríos Guareña y Trema, que lo han situado en uno de los lugares de exploración e investigación subterránea más importantes en el mundo. Por ello, en 1996, la Junta de Castilla y León lo declaró Monumento Natural.
En sus entrañas se han localizado restos evidentes de la presencia humana desde, al menos, el Paleolítico y hasta la Edad Media. Y en sus paredes, aprovechando el resguardo de la roca caliza, surgieron eremitorios como el que recoge la imagen de hoy. La ermita de San Bernabé, cuyo origen es motivo de controversia, se adapta amorosamente a los recovecos del paredón calizo y alberga en su bóveda natural interior unas deliciosas pinturas que reproducen la vida, milagros y martirio de San Tirso. Arte rupestre de gran valor y encanto que bien merece una visita.