“Tierra de transición”

Fotocrónicas (CLXI)

 El Camino de Santiago francés entra en España por el puerto de Ibañeta, desciende hacia el Sur atravesando la montaña navarra hasta Pamplona. Desde ahí, por tierras menos agrestes, se dirige a La Rioja. El límite que marca el río Ebro es, también, un cambio apreciable de escenario en la orografía de esta región. 

El Camino se orienta desde Logroño decididamente hacia el Oeste y transita perfilando el piedemonte que delimita la montaña con el valle. Son tierras onduladas, pardas, ocres y rojizas, de viña y de cereal, de almendros y de olivos, de bosquetes de carrascas y de robles.

En Mayo, los colores del campo se vuelven rabiosos, ciegan la vista y arroban el espíritu. Por tierras de Nájera, Azofra, Cirueña, Santo Domingo y Grañón el Camino discurre con placidez, dejando al peregrino deleitarse a su gusto. Los trigos, cebadas, centenos, colzas, alfalfas… pintan el paisaje con una sugestiva paleta de verdes. En este delirio primaveral, las pistas agrícolas cercanas a Cirueña trazan sus largas rectas hacia Santiago. Entre las montañas navarras y las planicies de Castilla, el peregrino sigue su Camino por La Rioja, generosa tierra de transición.   

Texto y fotografía: Jesús Mª Escarza Somovilla