Fotocrónicas (CLXXXVII)
Al Norte de Navarra, entre los valles de Aezkoa y de Salazar, se esconde uno de los territorios más exuberantemente frondosos de España, y aún de Europa. Se trata de la Selva de Irati, un espacio privilegiado de 17.000 hectáreas cubierto de hayas, abetos, abedules, tejos, tilos, arces, acebos, serbales… que recibió en 2017 el honor de ser considerado bien Patrimonio de la Humanidad.
La especie humana en general y los montañeros en particular, tenemos la querencia irrefrenable de buscar cualquier promontorio para dominar y admirar el entorno. En la Prehistoria era pura necesidad, ahora es una cuestión esencialmente lúdica. De cualquier manera, forma parte de nuestro ADN escudriñar el horizonte próximo y lejano. Si, como es el caso, lo que la Naturaleza nos ofrece es un paisaje tan idílico como el que se contempla desde este mirador, entonces la dicha alcanza niveles de exaltación.