Breve historia de la Sociedad de Montaña Sherpa

El origen de Sherpa hay que buscarlo en las asociaciones que, al amparo de los centros parroquiales, surgen a mediados de los años sesenta. Una afinidad, una inquietud por los deportes y la naturaleza les llevan a algunos de aquellos jóvenes a crear un tiempo después agrupaciones propiamente de montaña.

“Fue en 1970 cuando en Logroño, un grupo de montañeros amantes de la naturaleza quisieron darle cierto carácter a sus actividades deportivas y decidieron crear la Sociedad de Montaña Sherpa”.

Los primeros años, tiempos heroicos con muchas ganas de hacer actividades a pesar de los escasos medios, Sherpa crece muy lentamente en cuanto a su masa social. Pese a todo, se consolidan ya las secciones (o vocalías deportivas) que conforman la Sociedad: Montaña, Espeleología, Esquí y Bicicleta. De igual manera, van arraigando las actividades sociales (en especial la Subida a Valvanera por monte y el Belén), amén de otras muchas que llenan el calendario montañero a lo largo del año.

“Años de pantalón bávaro, camisa de cuadros, chirucas, mochilas ahora piezas de museo, y sobre todo mucha ilusión por conseguir que aquel sueño con el tiempo se convertiría en realidad”.

Los años ochenta son tiempos de cambios y de crisis que la Sociedad va capeando con relativa dignidad. Sherpa traslada su sede al local que ocupa hasta ahora, en la céntrica calle Gallarza; es éste un hecho de relevante importancia al poder disponer de un local con mejores condiciones y de confortable amplitud. Dentro del calendario social hay tres actividades que brillan con luz propia: la Subida a Valvanera por monte, las Jornadas de Divulgación de los Deportes de Montaña y la Puesta del Belén. El número de socios, a finales de la década, ronda las 200 personas.\

“Muchas personas han pasado a lo largo de los años con el objetivo de participar en variadas actividades, excursiones, cursillos, marchas, acampadas, concursos de fotografía, Semana de Divulgación del Deporte, todo formaba parte de esa filosofía en torno a la montaña, espeleología, escalada, esquí con sus modalidades, bicicleta de montaña…”

Los noventa son años de asentamiento y de mesurado crecimiento. La participación en las actividades sociales sufre un notable incremento. La medida tomada para que el calendario de actividades se confeccione con las propuestas hechas por los propios socios resulta muy positiva. Sherpa colabora con la Universidad de La Rioja en su programa de salidas montañeras. Pero es sobre todo la colaboración (como Control Técnico) en la Marcha de Hoyos de Iregua, desde su primera edición en 1995 y hasta la actualidad, una cuestión trascendente porque nos da a conocer a un gran sector del público. Otro tema de notable importancia es la preocupación por incrementar el número de infantiles en la Sociedad. Para ello, unos compañeros se hacen cargo desde entonces de preparar marchas adecuadas para los niños. La respuesta es muy positiva y las actividades se ven refrendadas por la gran participación de pequeños y acompañantes.

“Una bonita historia, un proyecto que comenzó en blanco y negro, pasando por el color y ahora nos encontramos en la era digital. Ilusión, dedicación, compañerismo, deporte, experiencias, siempre con el objetivo de disfrutar de la naturaleza en toda su extensión”.

Con el cambio de década (y de siglo) llega una enorme explosión demográfica en la masa social de Sherpa. Años de bonanza que se aprecia tanto en la participación en las actividades que se organizan, como en la adquisición de bienes (potenciando de forma notable la biblioteca y el material deportivo) y también en el adecentamiento de la sede. Se retoman dos actividades que se habían dejado de realizar durante varios años y que ahora mismo son buque insignia dentro del Calendario de Actividades de Sherpa: las Jornadas de Divulgación de los Deportes de Montaña y el Campamento de Invierno. Incluso algunos socios se atreven a ofrecer a los compañeros actividades que nada tienen que ver con los deportes que realizamos pero que ayudan a crear un espíritu de camaradería entre la masa social (que es tanto o más importante que las propias cuestiones deportivas); entre esas actividades “paralelas” sobresale el Cineforum. Al terminar la primera década del siglo XXI, la Sociedad ha superado ya los 700 socios.

“La Sociedad de Montaña Sherpa ofrece muchas actividades manteniendo el objetivo principal, disfrutar de la naturaleza”.

Queda por delante (esperamos que así sea) mucha labor por realizar. Labor deportiva, claro, pero también labor social pues se trata, en suma, de ofrecer a la sociedad en la que vivimos una alternativa más para esa gente que busca algo diferente a lo que conforma su vida.

(Texto de Javier Caballero y Jesús Mª Escarza)