Fotocrónicas (CXCVII)
El andariego, que acaba de maravillarse con la cercana cascada de Gujuli, lo único que sabe de este Pozo es lo que, con un espartano estilo de prosa, le dice un track de Wikiloc. Y cree levitar de gusto al haber alcanzado su Shangri–La particular, tal es el encanto que alberga esta pequeña laguna escondida en lo más profundo del bosque alavés.
Se trata de la laguna Lamioxin, también conocida como el Pozo de las Lamias. Las creencias populares dicen que estas bellas hadas peinaban sus largos y sedosos cabellos con peines de oro a las orillas de ríos y de lagos. El lugar resulta mágico en verdad, porque a la quietud y claridad de sus aguas se une en otoño la riqueza y fantasía cromática de un rico bosque mixto.
Estamos en el territorio noroccidental de Álava, a tiro de piedra de la pedanía de Izarra (municipio de Urkabustaiz) y dentro del Parque Natural del Gorbea. Montes y bosques, prados y barrancos, arroyos y cascadas sazonan esta tierra. Y esta seductora laguna de Lamioxin, que se cruzó en el camino del andariego una tarde de otoño tardío.