Fotocrónicas (LXVI)
Ahora que aprietan los calores quiero rendir un homenaje a un tiempo y a unas gentes que parecen ya más sueño que realidad. Y sin embargo… apenas hace unos «pocos» años de todo ello. Sirva para este fin parte de un poema de Mariano López Marín sobre sus recuerdos de segador en tierras limítrofes de Cuenca, Valencia y Teruel.
“… Regresan los segadores
mientras los grillos tararean
canciones naturales
en noches veraniegas
y las luciérnagas iluminan
el trayecto de las sendas.
Cuerpos cansados y exhaustos
alegría por la faena
el trigo era muy bueno
la cosecha estupenda
ha granado muy bien
dará harina muy buena
y salvado exquisito
para alimentar a las cerdas…»
La imagen es reciente, no se puede negar, la tarea de la cosechadora es evidente, pero me parece hermosa por su color y composición y, al menos a mí, me hace reflexionar sobre cuánto nos ha cambiado el cuento en apenas “un suspiro” de vida.