“Las puertas del Paraíso ”

Fotocrónicas (CXXVI)

De la antigua aldea poblada por ganaderos y agricultores y conocida como Ribavellosa poco se sabe ya. Seguramente aquella vida dura y sometida al medio nada tenía de regalada. Y es muy probable que ese entorno en el que los vecinos llevaban mal que bien adelante su existencia, poco se parecía a este rincón lleno de encanto que ahora encierra la actual finca.

La reconversión de su naturaleza fue sabia, paulatina y profunda, adaptándose a los nuevos usos. Ribavellosa es un terreno de 200 hectáreas, a unos 1100 metros de altitud, en las faldas que caen al Iregua, entre el monte Cerroyera y el puerto de La Rasa. Su riqueza y diversidad forestal resulta fascinante. Cual jardín botánico, hayas, robles, encinas, castaños, abetos y pinos se codean por hacerse hueco en este privilegiado territorio.

La imagen recoge el reducto en el que se esconde un pequeño y delicioso castañar que, cuando se viste con sus mejores galas otoñales, quita el hipo. Pocos árboles son más estéticos y se ponen más rabiosamente picantes de color que el castaño. En una jornada así de otoño, atravesar esa portilla es como abrir las puertas del Paraíso. 

 

Texto y fotografía: Jesús Mª Escarza Somovilla