“Treguajantes, un homenaje”

Fotocrónicas (CXCIII)

Mis primeros recuerdos sobre esta aldea se remontan a finales de los años ochenta. Entonces, esta humilde pedanía de Soto en Cameros, era una pura ruina que si no había llegado a su abandono total se debía a los rebaños que aún pastaban los jugosos praderíos del entorno. El ejemplo más extremo del deterioro lo ofrecía su iglesia de San Martín, espléndida pero irracional en una ubicación tan montaraz. Desde hace décadas, el decrépito interior era un “confortable” establo de ganado, lleno de excrementos. Perdida la techumbre, caídos los remates de la torre y la cúpula de la nave, el trágico final era cuestión de tiempo.

Pero, una pirueta del destino ha querido que la generosa iniciativa de vecinos y allegados haya obrado el milagro. Hoy en día (la imagen la tomé el 10 de Septiembre de 2024) el aspecto de la iglesia y de toda la aldea es diferente y encantador. Sirva esta Fotocrónica como agradecido homenaje.    

Texto y fotografía: Jesús Mª Escarza Somovilla