“Gavarnie, el Coliseo de la Naturaleza”

Fotocrónicas (209)

Para quien llega sin conocer este maravilloso rincón de Pirineos, lo primero que siente es un grado de asombro incomparable al contemplar la magnitud del circo de Gavarnie. Un murallón rocoso de unos 6 kilómetros de anchura, una caída de 1500 metros desde las cumbres de las montañas más próximas y un abanico de cascadas que según avanza la primavera se desangran en aguas espumosas.

El andariego se siente fascinado, diminuto e insignificante ante esta Naturaleza privilegiada, y no puede por menos que tomar asiento en un leve promontorio frente al soberbio circo para que el vértigo por tanta excelencia no le aturda. Quiere estar lúcido para entender, a la par que contemplar para gozar.

Las convulsiones terribles de la Tierra en formación elevaron estas montañas hacia el cielo, y el paso implacable del tiempo, la tenacidad paciente de la erosión causada por hielos, aguas, vientos y la propia gravedad, se encargaron de modelar esta singular orografía. El gran escritor romántico francés Víctor Hugo definió Gavarnie como “el Coliseo de la Naturaleza”. Y no le faltaba razón. 

Texto y fotografía: Jesús MªEscarza Somovilla