Fotocrónicas (CXCI)
A finales de Agosto llega el tiempo de abandonar los pastos de altura (en donde el rebaño ha salvado el verano) y buscar las zonas bajas, más propicias para pasar los meses fríos en estas tierras de por sí muy crudas.
La comitiva de pastores, mastines, cabras y ovejas se valen de la todavía densa trama de cañadas, cordeles y veredas para cruzar este territorio en su periplo hacia el Sur. La estampa, para quienes ya llevamos décadas de vida urbanita, resulta singular, anacrónica y sentimental, envuelta en la melodía dulce de las esquilas, los balidos lastimeros de las ovejas, los ladridos lentos de los mastines y el olor ácido de las cagarrutas con que el ganado va sembrando el suelo.
Estamos cerca del Alto de La Farrapona, entre las comarcas de Somiedo (Asturias) y de Babia (León). Un rebaño de 1300 cabezas de ganado desciende sin prisas desde ese puerto hacia Torrestío, en la vertiente leonesa, en su lento camino de trashumancia hasta los campos de La Bañeza. Un soberano espectáculo que obliga al autor de este trabajo a echar pie a tierra, sacar la cámara e inmortalizar el ansiado momento.