Fotocrónicas (LXXVI)
En una cordillera tan fascinante como es el Pirineo, cualquier montañero tiene su «rinconcito» en que el musguillo del alma se le pone tierno cuando camina, cuando contempla la enorme belleza de sus paisajes. Para mí, ese lugar emocional es el que recoge la imagen de hoy: Aguas Tuertas. Estamos en la cabecera del Aragón Subordán, al Norte de Sierra Bernera, en donde surgen los manantíos de este río que tiene un recorrido de 50 km. antes de desaguar en el Aragón, cerca de Puente la Reina de Jaca. El final de verano es época de contradicciones. A la par que una nevada temprana pinta de blanco las umbrías más recónditas, los pastizales muestran su ropaje agostado del estío y el río arrastra con languidez su pobre caudal por la cubeta glaciar, plana como una mesa de billar.
Esa jornada de Septiembre, el azul prusia del cielo contrasta rabiosamente con las areniscas rojas de Peña Mercatón y con los ocres herbazales más altos. No se ve, pero se siente, el aire fino que precede al otoño.