Fotocrónicas (CXLIV)
Una de las más hermosas comarcas de España es, sin duda, la Liébana. Sus paisajes alternan de forma encantadora prados, bosques, valles, arroyos y pueblines de un bucolismo arrebatador. Amén de que en su territorio se yerguen parte de los Picos de Europa, esas moles de piedra caliza que parecen gritos de piedra y que atentan contra la ley de la gravedad.
De los tres macizos de Picos, el más oriental (conocido como Ándara), eleva su mayor cumbre hasta los 2444 metros de la Morra de Lechugales, y sus vertientes meridional y oriental se abaten hacia el río Deva (que nace en Fuente De y tras 66 km. regando las tierras lebaniegas, vierte las aguas al Cantábrico cerca de Unquera).
Uno de tantos pueblos que se recuestan en las laderas del macizo Oriental es Mogrovejo, perteneciente al municipio de Camaleño. Desde sus 460 metros de altitud, es decir, 2000 metros por debajo del punto álgido en la Morra, los desplomes de los Picos quitan el hipo y el aspecto mineral cohíbe. Este delicioso pueblo encandila porque ha sabido reconvertir con sensibilidad su economía, conservar el legado tradicional en aperos y cuidar su cautivadora arquitectura. Delicias de pueblo viejo.