Fotocrónicas (VI)
A finales de 2017, tras un estiaje duro e inacabable, cambió el astro del tiempo. El primer domingo de Diciembre nos echamos al monte desde Castroviejo. Era un día delicioso, diáfano y tranquilo,
Encontramos un paisaje inmaculado de nieve tierna, recién caída, que no había tenido tiempo de descolgare de árboles y arbustos. Todo era cegadoramente blanco, apenas algunas zonas punteaban de oscuros y conferían al paisaje relieve y una seducción fotográfica. Los llamativos ropajes eran como una macedonia tropical sobre nata.
Hacia el Serradero, el manto de nieve fue haciéndose más y más profundo hasta resultar notable el esfuerzo. Pero todo se asumía con ánimo y alegría porque la experiencia era un auténtico regalo.
Espero que os guste la imagen.