“Brieva de Cameros”

Fotocrónicas (VIII)

         Las Viniegras es un territorio de infinitos pastos, de profundos barrancos, de soberbias montañas, de bosquetes de hayas, robles y carrascas, de majadas y tenadas, de arroyos de aguas claras…

         La ancestral economía ganadera esquilmó las masas boscosas para crear pastos que alimentaran a los ingentes rebaños de merinas. Aquella tradición dio trabajo y riqueza a sus pobladores. Y ello se aprecia aún hoy en la categoría de los pueblos, en su hermosa arquitectura.

         Los usos y costumbres derivados de la economía ovina y lanar son en buena medida ya residuales. Las vacas y las yeguas resultan hoy en día menos esclavas, más rentables. El abandono del medio se hace notable, otro reducto de la España vaciada.

         Sin embargo, este reducto montaraz es un espacio enorme y muy atractivo para disfrutar de la naturaleza y sus encantos. En la imagen, Brieva de Cameros y al fondo del valle, uno de sus más emblemáticos picos: el Cabezo del Santo.

Texto y fotografía: Jesús Mª Escarza Somovilla