Fotocrónicas (XXXII)
Entre Clavijo y Albelda perdura el único vestigio de la desaparecida población de Palazuelos: la ermita de Santa Fe. En su tiempo fue la iglesia de esa aldea, perteneciente al monasterio de San martín de Albelda. La ermita se erigió en el siglo XIII en este pequeño asentamiento, probablemente ocupado por pastores y colonos de las tierras del monasterio.
La población hace siglos que desapareció. Y la iglesia se arruinó, hasta que en el siglo XX se procedió a su restauración, Si contemplamos este paraje desde la distancia, veremos con agrado la ermita en soledad, entre chopos, viñedos, olivos y almendros. Esta naturaleza fecunda se extiende en suave pendiente desde las laderas del Monte Laturce, de Clavijo y del Valmayor hacia Alberite y el valle del Ebro.
La dulzura de las tierras, el abancalamiento, los ribazos limítrofes y el peinado de los arados crean una estampa deliciosa, aún más con las luces, brillos y colores primaverales.