“Invierno en la Demanda”

Fotocrónicas (XLI)

         Aquel día de Marzo, las nieblas cubren el paisaje como si ante nosotros solo hubiera el abismo más insondable, la nada más absoluta. La sensación de irrealidad sobrecoge. El frío congela la respiración, hace diáfanos los sonidos, frágiles como el cristal más delicado. Los carámbanos en los aleros de los corrales son puñales. Filigrana propia del mejor orfebre la escarcha en las finas ramas de las retamas…

         El camino toma brío y busca los pastos de altura con determinación. El hayedo está vestido con aire franciscano, las ramas desnudas todavía, los brotes apuntando en cárdenos, el suelo arropado con las hojas muertas de cien otoños…

         Alcanzamos un cogote, paramos a echar un bocado y, de improviso, las nieblas tan tozudas, en un momento de descuido, nos permiten contemplar este espectáculo irreal, alucinado. Algunas de las cumbres superiores de la sierra: el Piquilla, el Chilizarrias, la Cuña, el Cabeza Parda y, al fondo, entre nieblas, formas imprecisas de las laderas del San Lorenzo.

Texto y fotografía: Jesús Mª Escarza Somovilla