Fotocrónicas (LVIII)
Mirando hacia el Sur desde el piedemonte de la Sierra de Cantabria, un hermoso día de una primavera cualquiera, nos permite gozar con esta idílica línea del cielo que forma la Sierra de La Demanda. Sobre la depresión del Ebro, reticulada hasta el infinito con sus fértiles tierras de labor, una banda difusa de bruma sirve de sustento ingrávido al cordal de montañas.
Así, entre el azul turquesa del cielo y el azul ultramar de esa gasa neblinosa, la Sierra de La Demanda se despliega en toda su grandeza. De derecha a izquierda se suceden el Piquilla, El Chilizarrias, la Cuña, el San Lorenzo, el Cabeza Parda, los Pancrudos y, medio oculto por la copa del roble, el Alto Gomare. Entre ellos, emblemáticos pasos de montaña como Piquilla, Beneguerra, Ormazal, Campos Blancos, Nestaza, Ocijo…
Lugares y nombres añejos, altivos y poderosos, de un regusto montañero que se hace pura nostalgia en este tiempo que vivimos, Volveremos a esos pagos.
Texto y fotografía: Jesús Mª Escarza Somovilla