“La seducción de las montañas”

Fotocrónicas (L)

         ¿Qué poder irresistible poseen las montañas hacia todo aquel que se considera andariego impenitente? ¿Qué clase de atracción ejerce sobre nosotros, para asumir con buen talante el esfuerzo (a veces extremo) y los inconvenientes (en ocasiones desproporcionados)?

Hay en ello siempre un reto, sin duda, por alcanzar la cumbre, aunque nos muevan distintas motivaciones. Existe una innegable sugestión en coronar la cima, si bien la recompensa pueda diferir enormemente.  

         La montaña, cualquiera que sea, contiene en sí misma la esencia de todas las montañas, pero la contrapartida que ofrece es tan diversa como los montañeros que la alcanzan. Cualquier jornada de bonanza, el andariego, a la vista de semejante paisaje nevado, se sentirá gratificado de sobra y quizás trate de llegar hasta allí lejos, a la Muela de Urbión, al Peñas Claras, al Camperón…

         O quizás no. Tranquilo, compañero, hay más días que ollas. Lo más importante, sin duda, es disfrutar. 

Texto y fotografía: Jesús Mª Escarza Somovilla