Fotocrónicas (LXI)
Se cumplen ahora 60 años de aquel Domingo de Ramos de 1960 en que, con el agua ya en las calles de Mansilla la Vieja, los vecinos abandonaron sus casas, corrales, huertas y una riqueza impresionante de pueblo, para pasar a vivir, los menos, al nuevo Mansilla y los más, a otras tierras ajenas y extrañas a su vida.
En 1900 Mansilla tenía 600 habitantes, 10.000 cabezas de ganado, servicios propios de ciudad, un pueblo que era una joya, tres ríos que regaban sus pagos (Najerilla, Gatón y Cambrones) y una historia que venía de mil años atrás. Nada de toda aquella riqueza fue suficiente para evitar que la Segunda República iniciase el proyecto de la presa de Mansilla y que, tras la Guerra Civil, lo retomase Franco.
Apenas podemos imaginar hoy en día la hermosura de Mansilla, un pueblo hidalgo como pocos, enclavado en un paraje de ensueño. Vaya esta Fotocrónica de hoy en su memoria.
Texto y fotografía: Jesús Mª Escarza Somovilla