Fotocrónicas (LX)
Cuando imaginamos los paisajes de La Rioja, seguramente uno de ellos se puede aproximar mucho a éste que recoge la imagen de hoy. Disfrutamos de un territorio tan breve como diverso y seductor. No nos falta de nada… casi. Quizás, el mar.
El caso es que para los que tenemos a partes iguales condición de andariego y montañero, en La Rioja encontramos un ámbito idílico de piedemonte y de tierras de labor por donde transitar ligeros de equipaje y con el espíritu abierto, receptivo, a tantos encantos como estos parajes ofrecen. Entre las bravías sierras, al Sur, y el apacible valle del Ebro, al Norte, se despliega ante nosotros un inmenso escenario de tierras onduladas, rojizas, reticuladas, de colores sugestivos… A veces con viñas, o cereales, almendros, olivos, otras con frutales o manchones de bosque.
Así las cosas, a poco que el tiempo nos sea propicio, disfrutar de una gozosa jornada de campo está asegurada. Pues no descuidemos esta fortuna.
Texto y fotografía: Jesús Mª Escarza Somovilla