Fotocrónicas (XXXIV)
Seguramente Ortigosa sea el más camerano de todos los pueblos del Camero Nuevo. Tanto por su morfología como por su tradición. Que Cameros es tierra montuosa resulta de sobra sabido. Que sus pueblos están levantados sobre terreno tortuoso, también. Pero en Ortigosa esa cuestión adquiere grado de enajenación.
La profunda hoz del Enciendo divide el caserío en dos barrios. Y por lo más hondo del barranco corre el río Albercos, que baja desde Mojón Alto dando brincos hacia el embalse de Ortigosa. Hay casas hidalgas de recio porte, dos hermosas iglesias, plazas desahogadas, puentes vertiginosos, pasadizos sugestivos… y cuestas, todas las cuestas del mundo. Y también cuevas prehistóricas. La ganadería sigue siendo crucial, legado de un pasado en que le dio justa fama y riqueza.
Y la belleza paisajística es de primer orden. Montañas y barrancos, majadas y bosques adquieren en Ortigosa condición de privilegio. Merece la pena perderse por su generosa naturaleza y explorar, incluso sin rumbo. Espero que te guste la propuesta.